El uso de un puerto confiscado por el rĂ©gimen de Fidel Castro en 1960 puede costarle muy caro a cuatro empresas de cruceros. Una juez de Miami dictaminĂł el viernes que Norwegian Cruise Lines debe pagar 110 millones de dĂłlares (poco mĂĄs de 100 millones de euros) a la firma estadounidense Havana Docks Corporation por haber utilizado las instalaciones que le pertenecĂan antes de que Cuba las nacionalizara. Y no serĂĄ la Ășnica damnificada: Carnival, MSC y Royal Caribbean, tambiĂ©n con su sede principal en Florida, afrontan el pago de cantidades similares, lo que podrĂa elevar la factura hasta un total conjunto de 400 millones de dĂłlares, segĂșn adelantĂł el diario Miami Herald.
A falta de saber si los recursos judiciales de las navieras prosperan, el caso sienta un precedente peligroso para aquellas empresas que hayan hecho fortuna utilizando propiedades embargadas por Cuba. La AdministraciĂłn de Donald Trump eliminĂł en 2019 la suspensiĂłn, renovada por semestres, del artĂculo III de la Ley Helms-Burton, lo cual permitiĂł a las compañĂas estadounidenses presentar reclamaciones en los tribunales relacionadas con la expropiaciĂłn de bienes durante la revoluciĂłn castrista de 1959 en Cuba, como ha hecho Havana Docks.
Algunas estimaciones hablan de que las cuatro empresas de cruceros obtuvieron unos ingresos de alrededor de 1.000 millones de euros por usar el puerto. Las lĂneas de cruceros esgrimen que su actividad fue legal en todo momento porque contaban con autorizaciones y licencias otorgadas por el Gobierno de EE UU, pero la jueza Beth Bloom, que ahora ha sentenciado a las firmas de cruceros a pagar, ya apuntĂł en marzo que ese argumento podĂa no ser suficiente. âEl hecho de que [el Departamento del Tesoro] promulgara licencias para viajar a Cuba, y el poder ejecutivo, incluido el presidente, alentara a los demandados a hacerlo, no exime automĂĄticamente a los acusados de responsabilidad si se involucraron en turismo prohibido por leyâ, escribiĂł.
SegĂșn datos del Consejo EconĂłmico y Comercial EE UU-Cuba citados por Reuters, existen 5.913 reclamaciones certificadas por los bienes incautados en Cuba, por valor de unos 2.000 millones de dĂłlares (1.870 millones de euros), y hay activas 44 demandas bajo el amparo de la Ley Helms-Burton.
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Las hoteleras españolas, en el punto de mira
Cuando en 2019 Trump abriĂł la puerta a las sanciones, muchas multinacionales españolas presentes en Cuba contuvieron la respiraciĂłn temiendo un alud de contenciosos judiciales. España es el paĂs con mĂĄs empresas mixtas (surgidas de colaboraciĂłn con sociedades cubanas) y mĂĄs sucursales implantadas en la isla, con una destacada presencia en el turismo âen particular en la industria hoteleraâ y los servicios. De momento, no ha habido consecuencias graves, pero hay casos en marcha que podrĂan afectarles prĂłximamente.
El mĂĄs claro es el relacionado con la cadena Iberostar. Un tribunal estadounidense dictaminĂł en noviembre que una demanda contra la hotelera, con sede en Palma de Mallorca, puede seguir adelante. La denuncia fue presentada en enero de 2020 por MarĂa Dolores Canto MarĂ, que alega que en 1961 Cuba se adueñó del hotel El Imperial, propiedad de su familia desde 1909, al igual que la tierra donde se levanta en la ciudad de Santiago de Cuba. Iberostar lo gestiona desde 1996, ahora rebautizado como Cubanacan Imperial. La empresa española tratĂł de paralizar la vĂa judicial basĂĄndose en un reglamento europeo que lo protegerĂa frente a la Helms-Burton, y durante tres años lo consiguiĂł, pero la justicia norteamericana ha reactivado ese frente. Otros grandes del sector, como NH y MeliĂĄ, tambiĂ©n recibieron denuncias, aunque el bajo nĂșmero de las que han seguido adelante en su recorrido judicial ha supuesto un alivio para la industria turĂstica.
EL PAĂS de la mañana
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