El ‘boom’ renovable desboca la reventa de permisos y sube el precio del megavatio un 75%, hasta los 350.000 euros

El coste de las licencias ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos dos años convirtiéndose en un activo de enorme interés para todo tipo de inversores
La fiebre renovable ha desatado la locura total en el mercado de licencias verdes en España. La trayectoria alcista que arrancó hace un par de años ha llegado a su cénit. El megavatio (MW) con permisos de acceso a la red cotiza ya entre los 250.000 y los 300.000 euros, niveles históricos para un activo cada vez más cotizado en el agitado mercado de reventa de licencias, que se ha desbocado en los últimos meses.
Entre 2019 y 2021, el precio en el mercado de un megavatio con los permisos de acceso se situaba entre los 100.000 y los 200.000 euros. En apenas un año y medio, éste se ha disparado un 75%, llegando a pagarse, en los mejores casos, 350.000 euros por un megavatio con estas acreditaciones, según trasladan fuentes financieras a EL MUNDO.
El atasco burocrático que ralentiza el desarrollo de planes verdes hace cada vez más atractivos aquellos proyectos que han avanzado por el vía crucis burocrático. De hecho, el verdadero activo que domina en el mercado no son las placas solares o los molinos de viento, sino estos papeles sellados por algún funcionario y con el membrete de la Administración.
Las valoraciones se incrementan sustancialmente, entre un 50 y 60%más según referencias de varios promotores, cuando el proyecto cuenta con la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), un hito clave considerado el paso previo al ready to build ( (listo para construir). Tanto las CCAA como el Ministerio para la Transición Ecológica vivieron una alocada carrera el mes pasado para tramitar miles de DIAs antes del 25 de enero, cuando vencía uno de los hitos intermedios que exige la ley a los promotores para seguir adelante con sus proyectos.
Un mercado de 9.700 millones
Las carteras que cuentan con la citada licencia ambiental cotizan aún más alto. El ministerio energético, encargado de tramitar proyectos de más de 50 MW, dio su visto bueno al cierre de enero la DIA de 27.900 MW, lo que significa que los promotores suman activos valorados en más de 9.700 millones de euros, y eso sin contar aquellos parques de menor tamaño que han sido gestionados por las autonomías. Muchos de estos proyectos cambiarán de manos antes de llegar al siguiente hito.
Fuentes financieras destacan que más que el aumento de valor de los últimos años, lo que llama la atención es la resistencia que el negocio de los permisos verdes ha demostrado en un entorno como el actual, en el que la inflación, la subida de los tipos de interés y la incertidumbre económica global han obligado a corregir a la baja las valoraciones en las operaciones corporativas de casi todos los sectores. El negocio renovable en España aguanta, por ahora, el temporal.
Los activos acreditados con la licencia ambiental son los mejor considerados por los inversores, pues ésta se considera uno de los hitos más difíciles de conseguir y, una vez obtenida y aunque no es una garantía definitiva, se considera que el proyecto se encuentra a un paso de la fase de construcción.
Muchos de los propietarios de estos activos, sin embargo, cuelgan el cartel de ‘se vende’ antes de hacerse con la DIA. “Los inversores más resistentes prefieren asumir más riesgo y esperar hasta las fases más avanzadas de desarrollo antes de vender, a fin de maximizar el valor de los activos, pero los que tienen menos fuelle optan por acelerar el traspaso”, apunta una fuente financiera especializada en el sector.
Ence, Arena, Aldesa, BayWa r.e., Q-Energy, Lightsource (BP), Everwood… la lista de promotores que se han lanzado a la caza de un comprador para sus renovables en el último año y medio es interminable. Por el lado de los compradores también los hay de todos los colores. Grandes fortunas, sociedades de inversión familiares, eléctricas y petroleras, fondos de inversión…
El encarecimiento de los costes de financiación ha aumentado los ejemplos de compañías con un fuerte interés en el negocio verde que han salido en busca de un compañero de viaje. Referentes como Iberdrola, Repsol o Grenergy han preferido poner a la venta solo una minoría de estos activos, incorporando a socios que aporten capital y experiencia, con los que avanzar de la mano en la construcción de sus imperios renovables. Monetizar la fiebre verde sin abandonar la carrera que todos quieren ganar.
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