Pinchazo y cuentas de resultados

De chaval, tenía una bicicleta. Con una cierta frecuencia, había que revisar el aire de las ruedas porque se desinflaban. Si tardaba un poco en volver a hincharlas, había peligro de que pinchasen y el arreglo era más pesado.

He dicho que las ruedas se desinflaban y que había que volver a hincharlas. Podía haber dicho ‘inflarlas’, pero no se solía decir.

Jerome Powell, presidente de la Fed, ha empezado a hablar de la ‘desinflación’; luego le ha seguido la señora Lagarde y pronto nos lo dirá el director de la oficina de la Caja de Ahorros de San Quirico, entidad ficticia a la que le suelo atribuir las meteduras de pata de las entidades financieras.

El DRAE dice que ‘desinflación’ es “la reducción en la tasa de inflación”. Y después dice que ‘desinflar’ es “desanimar, desilusionar rápidamente”.

El BCE ha subido los tipos hasta el 3% y anuncia otra alza en marzo, o sea, el mes que viene. Lagarde dice que Europa no está entrando en una fase de ‘desinflación’. A pesar de todos sus esfuerzos, la inflación está en el 8,6%, cuando el objetivo era el 2%. El tema es muy simple. El BCE empezó a fabricar dinero y a bajar los intereses, con la idea de que la inflación subiera al 2%, pero se le fue la mano y, ayudado por la pandemia, la guerra de Ucrania, China y alguna cosa más, esto no se ‘desinfla’ ni a tiros (nunca mejor dicho).

Mientras tanto, llegan los bancos y empiezan a decir que han ganado mucho, pero que mucho dinero. Y la gente se pone nerviosa y vuelve a insultarles, porque, además, han elegido las fotos en las que sus máximos gestores están más sonrientes.

Siempre tengo la manía de mirar las cuentas de resultados de cada banco y, especialmente, las comisiones, porque, pienso yo, ingeniero industrial, antes textil, que el negocio principal está en los intereses y que las comisiones ayudan. Pero que si hacen algo más que ayudar y constituyen el grueso del beneficio, quiere decir que el banco no acaba de ir bien, aunque el/la CEO se haya puesto muy elegante y muy sonriente para enfrentarse con los periodistas.

O sea, si el banco anuncia unos beneficios de 100, con unas comisiones de 120, creo que habría que tener cuidado. Si además, se exige a los bancos un determinado capital ‘sano’, habrá que ver si el Activo también está sano, porque un crédito a una empresa impresentable es como un edificio con termitas.

Releo el artículo y saco tres conclusiones: a) que la ‘desinflación’ va a continuar una temporada un poco larga; b) que la señora Lagarde en Europa y el señor Powell en Estados Unidos han de tener cuidado con el ritmo de ‘desinflación’ para evitar que el personal “se desanime, se desilusione rápidamente” y acabe pinchando; c) que las cuentas de resultados son para estudiarlas.

Como todo.